Unifutbol: las verdades un Mánager

ATENCIÓN: SI NO JUEGAS UNIFUTBOL NI SABES QUÉ ES, AHÓRRATE EL TIEMPO DE LEER ESTA NOTA, DIRÍGETE A UNIFUTBOL.COM Y DESCARGA EL JUEGO, LUEGO VUELVES.

Tal vez, dentro de nuestro siempre calmado espíritu, alguna vez nos hayamos preguntado por qué Unifutbol es un juego tan enganchador, que lo atrapa a uno de forma instantánea, con tan solo un par de partidos, y te obliga a seguir hasta final de temporada así desciendas con tu equipo preferido. Yo, que llevo colaborando poco más de año y medio en este grandioso proyecto, no he logrado encontrar la utópica respuesta. Lamento decepcionarlos si eso era lo que esperaban con la sugestiva pregunta, pero me voy a dedicar únicamente a hablar sobre la nefasta experiencia emocional que me ha causado jugar este simulador de manager.

Desde un principio, cuando escoges el equipo de tu vida, el que más amas, ése que tiene un estadio pequeño y modesto o grande y majestuoso, jugadores con medias de rendimiento de 68 y 67 o estrellas de 85 y 88; ése que lucha por no descender, por alcanzar cupos a torneos internacionales o por ganarlo todo, ése que tiene millones en presupuesto o aquel que apenas puede sobrevivir por la venta de sus retoños; desde que escogemos ése equipo querido por cada cual el funcionamiento de nuestro cerebro cambia, y dejamos de ser estudiantes de universidad o de colegio, bármanes, meseros, médicos, operarios de máquina pesada, albañiles, profesores, oficinistas, abogados, etc.; y nos convertimos en Managers de reconocimiento internacional, con grandes expectativas y una imaginación desproporcionada. Es increíble como muchos nos imaginamos nuestras propias ruedas de prensa, el rumor de la gente en los estadios y todos los acontecimientos que pasan alrededor de un entrenador real. El realismo no lo pone solo el juego, sino que el jugador que lo disfruta hace parte fundamental de este proceso. Ambos son tan indispensables que se convierte en una relación de mutualismo, casi como cuando aquellas pequeñas aves africanas le sacan las incómodas garrapatas a los hipopótamos para conseguir su alimento.
La anterior es, a primeras luces, una comparación descabellada. Pero yo sé que lo piensas y al final afirmas que en mayor o menor medida es cierto. Porque, de lo contrario, entonces nunca has jugado al verdadero Unifutbol.

¿Cómo vas a poder hablar de felicidad si nunca ganaste la liga en la última fecha? ¿Cómo vas a hablar de decepción si jamás te remontaron, al último minuto, un partido que tenías ganado? Y sin nombrar el terrible sentimiento de tristeza cuando te saca de la copa un equipo de segunda. Las ganas de llorar que te dan cuando no te fijas en la cláusula de rescisión de un jugador y viene otro equipo y te lo saca a mitad de precio. O la felicidad incontenible que proporciona el ascender después de algunas temporadas. La sensación placentera de descubrir una promesa a bajo precio, la felicidad de ganar una Champions, de alzarse con una Libertadores e ir al Mundial de Clubes con la única ilusión de ganarlo.

Todos hacemos parte de ésta grandiosa comunidad y sentimiento. Hacemos parte de ese grupo selecto que se juega no sé cuántas partidas a la semana. Y yo sé, porque lo sé todo, que ya no le ves caso ni remedio y abandonas una carrera cuando te echan de tu club y te mandan al equipo más lejano de Finlandia o a los confines inimaginados de Sudamérica. Hacemos parte, de igual forma, de ese selecto grupo que hace fichajes bomba y rompe las reglas de lo real cuando ficha a Iniesta para el Real Madrid, o a Modric para el Barcelona. De esos que robamos jugadores cuando solo les queda un año de contrato y de los que descubrimos cracks con nuestro asistente personal a
muy bajos precios, para ponerlos de titular o para simplemente hacer “caja”.

Si no estás orgulloso de permanecer en esa comunidad es porque no has disfrutado lo suficiente, y te faltan muchas ligas que ganar, muchas tácticas que hacer y muchos jugadores que fichar. Como dije al principio, Unifutbol me ha causado una gran y nefasta experiencia emocional, porque me ha hecho sentir cosas grandiosas y desagradables, me ha hecho gritar de alegría y me ha hecho putear de coraje, y me ha provocado una que otra pensadera. Es muy extraño cuando vas en el auto, en el transporte público o en la bicicleta y estás pensando en Unifutbol, en qué jugadores vas a fichar y en si tiene remedio tratar de ascender a ese equipo o mejor empiezo otra carrera. Por eso me siento parte de este enorme grupo de unifutboleros, del que tú, querido amigo o amiga (porque las debe haber, creo) también haces parte.

Solo disfrútalo, haz parte de esto que es gratis, solo para liberarse un poco de la economía y de la rutina, y conviértete en el mejor Manager que hayas conocido, así sea solamente en tu enorme y especial mundo.

¡Descarga y juega! ¡Hagámonos más grandes!

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